ACOSO PRIVILEGIADO

Esta redacción tomó conocimiento, de modo extraoficial que, en la ciudad de San Francisco, habría ocurrido otro nuevo hecho de acoso laboral o mooving.

Justo en estos momentos donde la jefatura de la plana mayor trabaja a destajo tratando de corregir y acomodar lo heredado, se habría desayunado con este inconveniente.

El hecho se vendría ocurriendo desde hace tiempo y sobre una empleada policial que cumple las veces de correo policial desde hace muchos años. El correo policial es el que lleva la correspondencia, en papel, entre los Tribunales de San Francisco y la policía, no sólo de esa ciudad, sino de todo el Departamento San Justo.

Los Antecedentes

Unos años atrás (2017), según información reservada, el Sargento R.V., cumplía funciones de guardia en el Hospital de la ciudad de San Francisco, cuando fue denunciado ante el Tribunal de Conducta Policial por la entonces Cabo N.F., por el constante hostigamiento para tener relaciones sexuales y ante la negativa de la mujer, comenzó a darle órdenes de todo tipo, como si fuera un jefe, cosa que no lo era. Ello derivó a que la mujer formule la denuncia ante el Tribunal Administrativo, con R.V. quien se encontraba “…vinculado a jefes retirados y  altas jerarquías policiales en actividad…” es decir a la fecha del 2017, hoy retirados pero cumpliendo funciones en la Administración Pública Municipal de Córdoba y Provincial.

Cuenta la información que la Cabo N.F. habría denunciado, luego de la denuncia por acoso tareas de seguimiento y persecución, como también el supuesto armado de una causa judicial en contra del concubino. Todo esto habría tomado tal estado que, el tenor de la denuncia provocaría un verdadero sismo en la Cúpula Policial, con un alto costo para el Gobierno.

Nos cuentan de que N.F. habría sufrido una dura advertencia de un alto funcionario y que por ello no siguió desnudando la gravísima información que tendría en su poder.

El Tribunal de Conducta, como siempre y en estos casos, nada hizo y la resolución del mismo duerme el sueño de los (in) justos.

La actualidad – El hecho

Como “sanción”, el hoy Sargento R.V., fue “castigado” y trasladado a cumplir horarios administrativos en sede de la Quinta Circunscripción Judicial, es decir en el Palacio de Tribunal de la ciudad de San Francisco.

Según la información que se recolectó, dado que varios temen al Sargento V., por sus contactos políticos y judiciales, éste comenzó a insinuarse a la policía P.R., quien también es Sargento, casi desde su ingreso a cumplir sus funciones.

El mecanismos habría sido el mismo, incluso encerrándola en una pieza, para obrar conforme lo sabe hacer, es decir sin acceder a sus pretensiones o insinuaciones sexuales, comenzó el mal trato. Situación que se prolongó hasta hace tres semanas atrás en donde la policía estalló en llantos en el mismo Palacio de Justicia, por lo que fue trasladada y atendida por el Jefe y el Segundo jefe de la Departamental San Justo, a quienes le comentó sus padeceres.

En forma inmediata, la mujer formuló la denuncia por Violencia de Género, debiendo intervenir el Juzgado de Violencia de Género de San Francisco, disponiéndose medidas restrictivas y recíprocas. Policialmente, se comunicó al Tribunal de Conducta y fueron – ambos – citados a Medicina Laboral en donde fueron puestos en una licencia médica de dudosa legalidad, por once días.

No faltó la queja de parte de delegados gremiales del Poder Judicial de San Francisco y de una altísima autoridad quienes, apoyaban a R.V., a quienes poco le importó lo que había sucedido. Esto es llamativo, porque en estos momentos y en esta Institución, que tiene autonomía para disponer de sus empleados, hubo una intromisión judicial feroz, que pusieron en jaque, haciendo alarde de su poder, entre que si R.V. se iba del lugar también debía hacerlo la policía. Hecho inédito y sin precedentes en la historia de esa policía.

La Conclusión

Ambos policías debieron ser separados de sus destinos, pero R.V. sigue moviendo piezas para volver a trabajar a Tribunales, hablando permanentemente con esta alta funcionaria judicial y con el sector del gremio judicial.

Ello ve resentida la función policial que se venía cumpliendo normalmente por P.R., sin quejas ni mucho menos.

Desde las filas policiales mucha información corre al respecto de quien es realmente R.V., que será objeto de investigación de la Asociación Civil y, eventualmente presentar la denuncia respectiva.

¿Quién lo sostiene desmedidamente? ¿Porqué? ¿Dónde vive R.V.? ¿Qué función realmente realiza?

La verdad saldrá a luz.