Casi todos los medios ponen fuertes titulares, como “Un policía mató de 13 tiros a un joven en Córdoba” o “Un joven fue asesinado de trece disparos”, lo cual genera un grave daño para las fuerzas del orden y un mensaje erróneo hacia la población que se está viendo desbordada por la delincuencia, desde este medio queremos aclarar que no fueron 13 balazos los que recibió y no fue un joven asesinado, es bueno que los medios de comunicación se comiencen a informar e instruir un poco más ante de generar titulares tan capciosos.

Este joven era un delincuente que salía a robar, todos sabemos que aquel que elige delinquir, sale a matar o morir, y si bien según nuestro código penal todos somos inocentes hasta que se demuestra lo contrario, quizás por eso es muy oportuno poner el presunto ladrón o delincuente, pero no miden ni usan la misma vara al acusar al personal policial ya que de inmediato lo tildan de asesino o gatillo fácil, nunca un supuesto, siempre en esta sociedad tan hipócrita, que cuando les roban, los golpean o los asesinan piden a los gritos a la policía y justicia, son el dedo acusador cuando la policía interviene o se defiende de estos verdaderos gatillos fácil que son los delincuentes.

ARMA DE GUERRA EN MANOS DE UN LADRON.

El joven que según sus familiares era un trabajador y respetable miembro de la sociedad y fuera asesinado por estar haciendo su trabajo, tenía en su poder un arma de guerra, una pistola 11.25, la misma era la que hace más de 30 años atrás portaba el personal policial, la cual les fue retirada por ser de un calibre tan grueso que una bala de esas te partía al medio, por ese motivo fue reemplazada por la 9mm, calibre más bajo.En el enfrentamiento que se libró en el día de ayer entre un delincuente que intento robarle la moto a un policía que transitaba de civil, fue cuando el mismo se identificó como personal policial y este joven lejos de desistir del robo, saco la pistola y comenzó a disparar contra el personal, de inmediato el efectivo repelió el ataque, y ahora viene lo real del hecho es que Víctor Calderón recibió varios disparos que no fueron letales y por eso no caía ni dejaba de disparar contra el policía, lo que hay que tener en cuenta la mala puntería del delincuente porque con una sola bala que hubiese impactado en el cuerpo del efectivo habría terminado con la vida del mismo.