En el seno del E.T.E.R, la unidad que debería representar la élite de la fuerza policial de Córdoba , los últimos tiempos parecen alejarse cada vez más de ese calificativo. Los hechos se acumulan y, lejos de demostrar profesionalismo, solo exponen fragilidades difíciles de justificar. Primero fueron las pérdidas de armamento, situaciones graves que no pueden pasar desapercibidas en un cuerpo que se autodefine como táctico y especializado.Como si no bastara, recientemente salieron a la luz videos desde dentro de su propia dependencia, donde se aprecia la falta de destreza en el manejo del armamento. El último fue este viernes próximo pasado, en uno de ellos, el efectivo Godoy Aurelio de la unidad táctica habría disparado accidentalmente, poniendo en riesgo directo la vida de un compañero que se encontraba a escasos metros. La pregunta inevitable es: ¿puede un hecho de esta magnitud pasar sin consecuencias?Difícilmente pueda exigirse disciplina o correctivos a quienes están bajo mando, cuando los propios jefes inmediatos arrastran episodios similares. Basta resaltar al comisario inspector Pereyra Fernando, a quien también se le escapó un disparo dentro de una habitación de la unidad policial, terminando incrustado en una pared. Una tras otra, estas situaciones configuran una imagen poco digna de lo que debería ser un equipo élite. Hoy el E.T.E.R parece estar más cerca de la improvisación que de la excelencia táctica, víctima de una administración precaria que no solo pone en riesgo a sus propios integrantes, sino que también erosiona, cada vez más, la reputación de una unidad que alguna vez quiso ser sinónimo de respeto y eficacia.
AHI LO TENES AL PELOTUDO