UN JUICIO ARMADO SOLO PARA CONDENAR A TODOS POR IGUAL, CADENA PERPETUA A PEREJILES, NO HUBO JUSTICIA FUE UNA FARZA.
CARTA ABIERTA: UNA MADRE MAS QUE SUFRE LA INJUSTICIA.
MIRIAM MURUA TABOADA.
Javier C. Alarcón, prestaba servicio en el Cap. 3 de la policía de la provincia de Córdoba, el 31 de marzo de 2022 fue condenado a cadena perpetua por la muerte de Blas Correas, pese a que no salió de su arma el disparo que termino con la vida del joven Blas ya que su disparo fue solamente intimidatorio impactando en la cubierta de la rueda trasera izquierda. El hecho se da en el marco de un operativo cerrojo ordenado por sus superiores ya que el auto donde se conducían varios jóvenes, había eludido un control policial anterior y se informa por radiofrecuencia que eran presuntos delincuentes ya que habrían querido robarles a los de una moto.
En este operativo el conductor se da a la fuga intentando atropellar a uno de los uniformados ,más tarde se comprobaría que no eran delincuentes pero actuaban como tal ,que el conductor del rodado manejaba de manera temeraria ,que había consumido alcohol y presumiblemente otras sustancias ,que no era la primera vez que actuaba de esa forma y que pese a saber que su amigo Blas que iba en el asiento trasero estaba herido sigue huyendo con la excusa de llevarlo a un sanatorio, a pesar de encontrarse a metros de una clínica. Alarcón fue detenido el mismo día del hecho ,6 de agosto del 2020, el 5 de agosto de ese año salió de su casa a prestar servicio, dejando a sus hijos uno de 1 año y medio, a su hijita de 6 años y a su esposa y nunca más regreso, hoy se encuentra detenido en la cárcel de Bouwer cumpliendo una condena injusta y aberrante, perdió su libertad, su trabajo, sus sueños, pero lo más doloroso para él es no poder cuidar y proteger a sus hijos. El juicio fue una farsa, se armó una causa para encubrir a un joven de clase acomodada con vínculos con el poder político de Córdoba.
Los medios de comunicación hicieron uso y abuso de su poder para ser formadores de opinión. Políticos, gremialistas, abogados fiscales, organismos de Derechos humanos y amnistía internacional fueron parte de esta violencia institucional de parte de la justicia para los acusados y sus familias, los jurados populares fueron presionados a dictar una condena histórica, no sin antes anunciarle la madre de la víctima que les aumentarían el sueldo que percibirían si la acompañan a \\\»hacer justicia\\\» es decir sí o sí condenarlos.
Al conductor del vehículo ni un solo reproche le hizo la llamada justicia, termino con una cuenta abultada en el banco y declarado héroe. Javier como yo no pedimos impunidad, pedimos justicia, a cada cual lo que le corresponde empezando por el conductor del auto.
Hoy considero que mi hijo es un preso del poder político y de la maquinaria judicial de Córdoba.
P/D
Todavía espero justicia, todavía espero que se diga la verdad, todavía espero se les caiga la careta a tantos fiscales jueces y funcionarios corruptos, todavía espero que se haga un nuevo juicio y que condenen al verdadero culpable.
Todavía espero que la plana mayor de la policía de Córdoba me dé una explicación de por qué dejaron a mí hijo y a tantos policías más y sus familias abandonados a su suerte, si sabían bien que había pasado, A dónde quedó el discurso de la familia policial de la que tanto hablan en todos los actos, a perdón, cierto que es la familia de cada uno de ustedes que tienen acomodados. Puede que sea un imposible, pero seguiré pidiendo por la libertad de mí hijo.
Hoy me toca ser su voz, su grito desesperado proclamando su inocencia y pidiendo su libertad. #justiciaporjavi.