Según nuestra corresponsal, el operativo donde fueron a detener, parecía un chiste de mal gusto.
Lo que ocurrió el jueves pasado en el operativo para detener al cabo acusado de acosar a varias compañeras en la Jefatura de Policía parece sacado de una película, pero de comedia.
La misión, nada menos que detener al presunto acosador, fue encomendada al grupo élite de la policía: el ETER, esos que supuestamente son los más preparados, los que entran primero y aseguran la zona. Hasta ahí todo bien, el problema fue que, tras ingresar al domicilio del cabo, los hombres del ETER informaron que no había nadie en el lugar. Procedimiento finalizado, casa despejada, todo “seguro”.
Sin embargo, minutos después, personal de Investigaciones ingresó al domicilio, ya sin la tensión del inicio, confiados en el trabajo del grupo táctico y se llevaron una sorpresa mayúscula, el cabo estaba ahí, escondido atrás de una puerta en su habitación, sí, leyeron bien, el hombre que supuestamente buscaban desde temprano nunca se fue del lugar, estaba ahí todo el tiempo, mientras la “élite” lo pasaba por alto.
Ahora la pregunta queda flotando en el aire, es, ¿realmente el grupo no lo encontró? O no lo quisieron encontrar, ya que, según siempre uno de nuestros corresponsales, los videos encontrados en el teléfono, no solo serían de las féminas de jefatura, sino, además, habría algunos donde habría alguna/os teniendo sexo, que involucraría a variadas jerarquías, ¿será por eso la demora en las denuncias? Y la falta de respuesta para actuar, esto vendría desde mayo y la primera denuncia fue en agosto, lo dejo a su criterio.
A la vez una situación que deja mucho que desear sobre el nivel de compromiso y la eficacia de un grupo que alguna vez fue sinónimo de precisión y profesionalismo, pero que últimamente parece ir en picada.