Cuando se denuncia un jefe policial corrupto, en la mayoría de los casos se omite mencionar que para cometer sus fechorías, estos jefes se valen de un entorno de secuaces que por acción u omisión les colaboran. No existen lobos solitarios y en el caso de la Unidad Regional Deptal. PUNILLA NORTE con asiento en la ciudad de LA FALDA resuena el nombre de un suboficial que es un leal colaborador de los jefes de turno para que estos cometan un sinnúmero de delitos funcionales. Claro esta que esta colaboración tiene sus beneficios y conlleva también una protección judicial y administrativa de este efectivo policial.
Desde la época en que el jefe de esa departamental era el mayor VILLAGRA, quien actualmente se encuentra a cargo de la dptal SANTA MARIA, en el área de personal de PUNILLA NORTE y maneja en forma discrecional ese lugar hasta la fecha, es el suboficial principal SERGIO JAVIER ACOSTA.
A pesar de que a cargo de esa área hay oficiales jefes o superiores, los jefes departamentales se manejan con ACOSTA porque este les ofrecería la agilización de los expedientes por variabilidad de vivienda, traslados, cajas chicas, rendición de combustibles y expedientes de pases de personal, como así también la solicitud a Finanzas de partidas presupuestarias especiales, y dibujaría los números para permitir el saqueo de los recursos institucionales por parte de estos jefes delincuentes. Como devolución de favores, los jefes le permitirían que ACOSTA también tenga su kiosquito cobrando porcentajes por expedientes que les tramita al personal de la departamental o por conseguirles pases a otras dependencias. Lo más grave que cuando se trata de personal femenino, ACOSTA entre las devoluciones pediría favores sexuales, la verdad una joyita el muchacho, completito este delincuente degenerado.
Este suboficial vive en la localidad de HUERTA GRANDE con su pareja L.OL, a quien maltrata física y psicológicamente. Esta mujer innumerables veces lo ha denunciado por lesiones en HUERTA GRANDE inclusive en LA FALDA, pero gracias a la impunidad y protección con la que cuenta ACOSTA, solo le reciben exposiciones o le cajonean las denuncias. También lo denuncio en el Tribunal de Conducta pero gracias a las influencias del mayor VILLAGRA, ACOSTA nunca tuvo consecuencias administrativas. Esta situación es muy conocida en la departamental por el personal de calle que, por el cartel y la protección que tiene ACOSTA, prefieren hacer la vista gorda cuando los comisionan al domicilio de ACOSTA por los problemas de violencia familiar, ya que si alguno procede conforme a derecho reciba represalias por parte de los jefes.
La situación es muy grave desde el punto de vista institucional y desde lo personal para esa mujer víctima de malos tratos. Las alertas están más que encendidas para que la aletargada justicia actúe, haciendo una analogía con el caso del ex comisario ALEJO MUÑIZ procesado y condenado por abuso sexual podemos decir que más de una década después ya no es justicia. Si bien estos forajidos reciben allá a lo lejos lo que se merecen, el problema radica en el daño que cometen en el mientras tanto.