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EL QUE PERDONA A UN LADRÓN, ALGO ESCONDE.

¿Hasta cuándo se deberá seguir tirando la mugre debajo de la alfombra? ¿Qué se esconde detrás de un simple cabo de policía?

La crónica que nos llega a nuestra redacción, nos indica, nuevamente la supuesta participación de un suboficial de la policía de la Departamental San Justo. Estamos hablando de otra seria denuncia en contra del Cabo Matías Pairone.

ANTECEDENTES.

Este suboficial ya tendría sendas denuncias, de las que la justicia de San Francisco tiene participación y nada hizo, lo cual la convierte en cómplice de lo que se pudo haber evitado. Ni hablar del actual Tribunal de Conducta que está comandado por una licenciada (en no sabemos qué), pero que debe tener sendos contactos con “Martincito” Llaryora.

Pairone habría sido denunciado más de un año atrás por sustraerle las tarjetas a una compañera de trabajo y utilizarlas a su favor. Compartiendo servicios adicionales, se habría apropiado de las tarjetas de este suboficial que dejó las mismas en el vestíbulo del lugar, y realizado grandes compras. La policía víctima, denunció. Los jefes habrían hablado con la justicia, y todo quedó en la nada o, mejor dicho, la víctima está pagando la deuda de Pairone.

¿Por qué no hizo nada la víctima?… ya veremos… solo adelantaremos que se encontraba de Director de la Departamental del Este Cordobés el recientemente ascendido a Comisario General Cristian “Junior” Gómez.

Más tarde, aproximadamente unos seis meses de este incidente, Pairone se habría disparado un tiro con el arma reglamentaria, en el pie, para que le den Carpeta Médica. Fue tan improlijo e impune que se lo dijo a toda la policía de San Francisco que lo iba a hacer, incluso habría testigos que fueron coaccionados para entregar el procedimiento de esta forma, sea en forma administrativa, sea en la justicia. Lo cierto es que Pairone habría gozado de una prolongada Carpeta médica, sin trabajar y, gozando de haberes totales, por ser un “acto de servicio”.

¿Por qué no ocurrió esto de esta manera? … ya veremos, solo diremos que se encontraba de Director de la Unidad Operativa Mayor, el dos veces corrido de esa ciudad y, según él, íntimo amigo de Damián “Peta” Bernarte (intendente de San Francisco), el Comisario Mayor Rubén “Pelado” Caporali, quien tendría contactos en el Colegio de Abogados de San Francisco, contactos directos y a altos niveles. –

En los días pasado, otra novedad vuelve involucrar a Pairone. Resulta que el mismo, gozando de protección de jefes, y sin lugar de destino, le sustrajo el buzo de trabajo a un compañero. Que, como nadie quiere trabajar con Pairone y el policía notó que el buzo que había dejado en el interior del móvil del CAP San Justo, que se encontraba en el interior de patio de esta sede, le faltaba, dio novedad a sus superiores e iguales. Entre todos, si bien sospechaban de Pairone, ninguno lo quiso sindicar por nada, por temor. Luego de buscar por todos lados incluso decirle que se lo había olvidado, una mente brillante quiso ver las cámaras de seguridad internad del CAP y…. ¿adivinen qué?… Se lo ve a Pairone sustraer el buzo del interior del móvil policial.

Así es, nuevamente este ladrón de policías fue encontrado sustrayendo cosas a sus pares.

No se oficializó el hecho por ningún medio y desconocemos si ya tiene conocimiento la justicia, que, encima que están de paro, gozan de cuatro días de descanso… Lo cierto que todo se trató de tapar y nada salió a luz. Salvo la información que, de modo exclusivo, esta redacción accedió y cuyo video acompañamos para una mejor ilustración del lector.

¿Por qué se quiso tapar todo?… En esta oportunidad, la Directora de la Departamental de San Francisco, es la recientemente ascendencia Comisario Mayor Analía Ludueña.

Pero, ¿qué tiene de común Pairone con tres hechos distintos y tres jefes distintos? TODO.

Junior Gómez, el Pelado Caporali y Analía Ludueña, son de la misma promoción de oficiales de la Escuela de Policía (Número 46). Los dos últimos le deben honores y pleitesías al oscuro “Junior”, quien cuando vino se nutrió de un grupo de policías de dudosa reputación y con los que nadie quiere trabajar y quiso proponer para ascenso a un policía que no estaba en condiciones operativas, quien terminó falleciendo, ante la mirada cómplice de la justicia y del Tribunal Administrativo: Leandro Galfré, chofer del mentado Juniors quien siempre se encuentra postulado para altos mandos y, como tiene contactos y poder, todos sus compañeros de promoción quieren ser amigos, a cambio de favores. Definitivamente Junior Gómez reemplazó a Marcos Defler quien ya fue olvidado por sus camadas. Hoy Gómez pica en punta y maneja la Departamental San Justo, con sus informantes y sus leales compañeros. Dicen que sabe todo el actual Comisario General, Sub Director General de Departamentales Zona Sur, premiado por Llaryora.

Lo cierto es que algo se saben entre Gómez y Pairone, porque él es quien lo protege y los demás, temen hacerle algo que moleste a Junior, por eso nadie dice nada y todos tratan de tapar a sus amigotes de aventuras en San Francisco y Zona.

La educación es todo.

Más allá de eso, Pairone es un policía que nunca debió ingresar a la fuerza, pero, como los directores del Centro Educativo de San Justo, que tienen el deber de darle a la sociedad un personal excelso, solo quieren permanecer, lo dejaron pasar y aprobar todas las materias. Hoy la sociedad y la policía lo sufren. No son menores las quejas del personal policial por la calidad y cualidad humana de los últimos ingresos en San Justo y mucho menos las sendas discusiones que tuvieron suboficiales con el actual Jefe de la delegación de dicha escuela quien, ante el reproche de los policías “más viejos”, les respondió “yo no quiero tener problemas, acá todos egresan, no me jodan, estoy bien”

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