CONTROL VEHICULAR DE POLICIA DE CORDOBA-IMAGEN PUBLICA

El brazo político que desarrolla su tarea democrática a través de poder Ejecutivo, tiene la facultad de elegir a dedo el Cargo de jefe y sub jefe de policía provincial , y estos a su vez, al Estado Mayor de la Policía. La lógica indicaría que lo mejor para cumplimentar la función de dirigir los efectivos que se desempeñan en la tarea de brindar protección y seguridad a la sociedad, sean idóneos, competentes, con iniciativa táctica operativa, pero con fundamental  experiencia, esa experiencia que se logra en las vivencias personales, sobre lo que se va a ordenar ejecutar, sobre los pormenores que surgirán inminentemente en lo cotidiano de la  tarea que se asignará, esa experiencia de saber en carne propia  o de allegados cuasi con afecto sobre el dilema del acto  reflejo para  decidir lo correcto en fracción de segundos…Pues en los cargos donde se impone una regla inquebrantable de disciplina y verticalidad so pena de sanción gravísima, la experiencia no es lo definido por GABO- “ la sabiduría nos llega cuando ya no nos sirve de nada”; muy por el contrario,  en esta tarea tan significativa, la experiencia es un regalo impagable, pues bajo el mando del jefe experimentado  hay miles de jóvenes esperando ser guiados para aprender, obtener sabiduría para su potencial función , donde la misma carrera lo encamina para suplantar a los de arriba.      

En la actualidad la Jefatura de Policía de Córdoba esta desempeñada por Crio Gral. Lic. Liliana Belletti, con la subjefatura de Crio Gral. Lic. Ariel Lecler.  Siempre se presenta a los “elegidos” con  la información curricular de destinos en general, jamás se husmea en las tareas asumidas en esas dependencias, ya que  para cualquier policía que se defina como tal, unos 15 años de experiencia realmente operativa, de calle, de contacto directo con la gente de bien, con los sujetos que obran al margen de la ley, con la difícil tarea de decidir con  libre albedrio lo correcto, aún cuando  quizás la orden superior sea contraria a la acción correcta en el contexto presente, ese fino hilo al que se somete al menos 5 o 6 veces en la carrera policial el jugarse el pellejo por otro integrante de la sociedad a quien no se conoce, en el riesgo inminente de cruzar la línea de la ley al quedar  impregnado de dudas  al   rozar lo ilegitimo  – pues a veces en milésimas de segundos, nuestro cerebro, lo  racional es imposible analizar y ejecutar en  la función policial-   Esa experiencia, esa sabiduría, es la que determinaría una conducción abierta,   responsable, efectiva, con objetivos  definidos y posibles que se ejecuten con garantías de resultado positivo, y por sobre todo, que cumpla la misión principal de proteger, dar seguridad y orden a la ciudadanía. Estoy convencido que con buena conducción y ejemplos, los comandados,  ejecutaran su labor con dedicación, vocación, efectividad y respeto por los principios que deben regir sobre   aquel universo de derechos a venerar. 

LO IMPORTANTE ES MI ORDEN

En la semana pasada estuvo como debate social en charlas y algún que otro medio periodístico, “LOS CONTROLES VEHICULARES” que generan caos de tránsito, tardanzas que superan los tiempos lógicos de paciencia, y los escasos datos estadísticos que demuestren la efectividad entre,  tarea policial- resultados demostrables , dado que al fin y al cabo es natural que cuando se toleren arbitrariedades o intromisiones en los derechos constitucionales de los ciudadanos, al menos se pueda comprobar los resultados positivos, cuestión que hasta el momento dista muchísimo en dejar a la sociedad con la tranquilidad que el Estado Provincial debería garantizar. Hay una horda de violencia imposible de soportar, hechos delictivos reiterados y cada vez más agresivos, victimas que no encuentran la mínima tranquilidad en interactuar con la policía, y la excusa política que siempre redunda en desviar su responsabilidad del meollo de la cuestión, culpando a la situación Nacional, la buena laguna de excusa que da la  “sensación”  y la típica,   que los datos estadísticos en denuncias nos estarían demostrando que,  el delito esta en bajante.

Por diversos grupos de WhatsApp, con el que se comunican y reciben directivas del servicio los policías de Córdoba, se cuestionaba – siempre por lo bajo y con camaradas de mucha confianza-  una directiva que transcribo a continuación, para abrir la mente a la empatía hacia los policía que la reciben: “DIRECTIVAS: Los oficiales jefes y jefes de compañía serán responsables de entrevistar al personal apostado y que entiendan las directivas del trabajo operativo permanente que se pretende. Les recuerdo las directivas claras de la Sra. F1 * cada dos vehículos, el tercero se controla, dando prioridad de control,  a los vehículos de transporte público y motos.  Se deben realizar los controles mencionados, por más que se generen inconvenientes  de tránsito y demoras. Acusar recibo”. (*Indicativo operativo que se le da al Jefe de Policía).

Luego de esta orden, no queda otra que analizarle a la jefa de policía su idea de prevención, la delegación intacta que hace el Sub jefe, y la aceptación ciega e ignorante por parte del Estado Mayor Policial. Así,  la reglamentación de la ley orgánica policial, advierte  que  el conducto natural de obediencia es la vía jerárquica, que no se debe observar las órdenes recibidas  y que el policía debe manifestarse siempre conforme con estado y situación. Lo expuesto estaría cuestionando las obligaciones de los nombrados pues como se advierte en la orden impartida por la F1, nadie la cuestionaría aunque se esté violentando la ley de seguridad pública de la provincia, que refiere atender en forma  integral y multidisciplinaria la problemática de la seguridad con eje, en la prevención. Esta prevención que la RAE define como “tomar precauciones o medidas por adelantado para evitar un daño, riesgo o peligro…” se vuelve risueña cuando  la orden de “cada dos vehículos el tercero se controla”  el objetivo  de seguridad es ridículo ,  aleatorio y sin  fundamento táctico; la misma ley,  en la misión y función de la policía resalta que la policía se debe al mantenimiento del orden y tranquilidad pública, así mismo prevenir toda perturbación del orden publico garantizando la tranquilidad de la población. Cuando interpreto la directiva redactada anteriormente  “por más que se generen inconvenientes de tránsito y demoras”  sin brindar a su subalternos los parámetros objetivos a explicar al ciudadano, por qué la policía aleatoriamente, y sin fundamento real de prevención,  debe hacer soportar  caos y  demora  por su orden superior, se estaría demostrando una sublime ignorancia operativa.

Los controles vehiculares por seguridad, en los confines de cualquier sociedad, fueron implementados para situaciones muy excepcionales, por tiempos determinados, con los datos precisos a buscar, con las descripciones precisas a interferir y con el libre albedrio garantizado a decidir a quién ejecuta el control y analiza el  permitir  circular,  y a quien se le debe realizar el control pues este,  puede estar encuadrado en alguna infracción que amerite mayor atención por parte de la autoridad. En la provincia de Córdoba, los controles vehiculares fueron socializados como comunes y rutinarios  por un jefe de policía (muy cuestionado  y no por ser un excelente funcionario, sino más bien excelente funcional al poder político)  este, los  implementó y todos los que lo siguieron en su cargo ninguno, tuvo la iniciativa de modificar o traer una decisión  efectiva o que redacte un sentencia operativa innovadora y  acertada en prevención.

Así brevemente se demuestra la importancia que la experiencia otorgaría y debiera de ser  exigida a los Of. Superiores policiales para conducir personal, en la tarea que redunde en beneficio de la sociedad, (la única que debería importar) y no en satisfacer egos personales que resalten   ser  el primero que impuso se diga” JEFA y no JEFE”; o desarticular una brigada y crear otra igual o parecida pero con nombre distinto, solo con el objeto de quedar  en la “historia de la institución”.

 Prevenir es realizar tareas concretas con fundamentación lógica donde el trabajo desplegado producirá un mérito aceptable  en beneficio de la seguridad social, conjurar el delito es realizar las acciones por parte del personal, que al contexto que se vive en ese momento permita neutralizar lo más rápido posible el delito en curso y evitar mayores consecuencias sobre la víctima e inocentes, dichos satisfactores a la necesidad de la sociedad, aun no se advierten en la presente conducción.

NECESIDAD DEL EQUILIBRIO

 Ni hablar de la necesidad de un código de  ética policial superior, para deslindar o repartir  la responsabilidad entre quien da la orden y quien ejecuta la acción,    no solo protocolos donde encarcelan la responsabilidad exclusiva del actuante y quienes estén cerca en ese momento, pues está a la vista que   judicial y administrativamente recae engendrándose   únicamente   en el policía que trabaja en la acción directa; Pues recordemos bien, que una excepción, no es la regla judicial. Ni hablar de la inmoralidad del político que acepta cargo de Ministerio donde carece de conocimiento o capacidad para ejercer la labor y su primera disposición como acto administrativo   es imponer por su casta de poder, un control vehicular en la esquina de su vivienda , de esta forma sus  vecinos no lo molesten con temas relacionados a su cartera; o quizás dar el ejemplo cuando desde hace años los policías no pueden siquiera probar el buen funcionamiento o no, del armamento de puño provisto en la División Armamento, pues el Polígono de tiro del subsuelo, está prohibido su utilización , excepto que el Ministro de Seguridad desee ir a probar su armamento personal, o practicar con armas a préstamo en el mismo polígono, donde los policías operativos, aquellos que muestran su humanidad ante la labor efectiva policial, tajantemente, tienen prohibido ingresar … pero esto, es otra historia.                                                                                 Cesar Calvo (D.R)