Discriminar de manera encubierta el goce o las acciones de ciertas libertades fundamentales es típico y resultante al contexto de las minorías religiosas, siempre en una mayor percepción de ser objeto de discriminaciones socializables, en muchos casos, virtud de las noticias  que se difunde  en actos radicales cometidos por  fundamentalistas en distintos lugares del mundo y la subordinación a una religión dominante en nuestro país.

Según los autores HEPPLE y CHOURDHURRY, podemos referenciar dos tipos sociales de  discriminación sobre la fase religiosa: una  DIRECTA, la cual es un tratamiento desigual , fundado en criterios discriminatorios, considerando como inferiores o distintos a ese grupo social, en relación a diferentes fundamentos, entre ellos el credo religioso; y   otra INDIRECTA , es la perpetuación de esa discriminación directa original, donde otros grupos encuentran las bases para  habitualizar los comportamientos , institucionalizándolos, dando fertilidad para que esa discriminación crezca y se sostenga.

Es dable recordar lo que reza la declaración sobre eliminación de todas las formas de intolerancias o discriminación fundadas en religión o las convicciones “… toda distinción, exclusión, preferencia fundada en la religión o en las convicciones y cuyo fin o efecto, sea la abolición, menoscabo al reconocimiento, goce o ejercicio en pie de igualdad de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales”

Lo analizado es parte de una apertura al debate hipotético respecto de una nueva orden que la Señora Jefa de Policía de Córdoba emitió a todas sus subordinadas en pos de intentar dar trabajo o importancia a una división que hasta el momento, no demuestra en labor efectiva o  beneficio palpable a la sociedad, su existencia ni el sueldo que cobran sus integrantes investigadores, la “DIVISION INTELIGENCIA ANTITERRORISTA”

 En el MEMORÁNDUM  Nº 153/21 de fecha 17/03/2021 La jefa de Policía ordena claramente que cuando “ …se tome conocimiento de hechos delictivos en los que participe o se ve involucrado un miembro de los diferentes credos religiosos  minoritarios dispuestos en nuestra provincia, (Judíos, Musulmanes, protestantes) se deberá informar de inmediato a la División Inteligencia Antiterrorista…” esta orden luego de unas horas, también se difundía con una versión mas resumida como recordatorio con la misma temática a tener en cuenta, por los distintos grupos de trabajo de WhatsApp.

  Los grupos minoritarios religiosos destacados en el memorándum  de Jefatura, taxativamente nombrados, rozan la desdichada facetas de blancos de una acción  de discriminación,  pues estos sujetos que conforman nuestra sociedad al profesar su religión y concurrir a cierta iglesia, no buscan diferenciarse de los nativos  del territorio ni de la religión dominante por rebeldía ideológica, sino más bien por una decisión libre, moral, tradicionalista, o de necesidad espiritual , adoptar esta concepción religiosa, que no es la de la mayoría en nuestra  población, de alli que se los denomine «MINORITARIOS» para una clara identificación de la orden.

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Se anuncia diariamente, que la  discriminación y los actos de menosprecio contra pares,  surge por exclusiva fuente machista, patriarcal, y que la solución avizorada, es  incluir en mayor número , al  género autopercibido o los sometidos por estas construcciones sociales, las cuales  modificarían las realidades que sufre nuestra humanidad, pero este concepto progresista superfluamente fundamentado por los integristas  de la causa, se desmorona ante la cantidad de cargos públicos y noticias en la que son protagonistas negativamente  personas autopercibidas y/o mujeres, dando pie a la lógica que :

solo  la capacidad, la experiencia dentro de la temática que se trabajará , la voluntad personal de saber, mejorarse y superarse especializándose, y por sobre todo,  una verdadera involucración intersocial, con todos los órdenes  que conforman nuestra colectividad, y el respeto debido y sin discriminaciones de derechos ( sean positivas o negativas)  a todas las personas de la comunidad y los efectivos  que desarrollan la tarea , en este caso los subordinados de las FFSS, presentarían una hipótesis mucho más efectiva de resultado al realizar la labor pública.

El 12 de Diciembre del año 2019, la noticia insuflaba en orgullo a las mujeres policías de la provincia de Salta, donde por primera vez una mujer, Comisario General NORMA MORALES  ejecutaría la Jefatura de la Institución, de la Mano del Ministro de Seguridad  MANUEL PULLEIRO, se puede comprobar que la gestión de esta señora evidencio con claridad que el género que sea, mientras los cargos se determinen con la obligación de obedecer ciegamente el poder político de turno, todo es una farsa hipócrita e inoperante. Pocas veces se vio una ola de mayor violencia y descontrol policial con ciudadanos víctimas de abusos de los conducidos por la Jefa MORALES, en el marco de las prerrogativas que invocaron los políticos con la excusa de la pandemia del SARS-COVID 19, de la misma forma , también alrededor de 450 ( que elevan a un número aproximado de 1200 afectados colateralmente como integrantes de familias)  de efectivos policiales fueron pasados intempestivamente a retiro, cercenando el haber mensual sin el mínimo comportamiento empático o sororo de la Sra Jefa, y dejando a paso de tortuga el trámite de retiro para poder cobrar el haber jubilatorio , luego de 4 meses sin atender las demandas de sus subordinados afectados, fue que se debieron interponer sendos amparos ante la justicia ( uno de ellos interpuesto Asociación Civil para la Violencia Institucional en DDHH y Genero para las FFSS) para resguardo de estos policías. La Jefa, sin inmutarse ante este atropello y denigración a los derechos de quienes fueron sus subordinados mucho menos actuar o intentar frenar la falta de respeto, humillación y discriminación que efectuaba contra sus dirigidos el Ministro Pulleiro, el cual trataba públicamente a los policías  de  “ÑOQUIS” calificaciones degradantes como “VIVILLOS QUE COBRAN SIN TRABAJAR” y mentiras falaces como “NUNCA INICIARON LOS TRAMITES JUBILATORIOS” . En fin la jefa no se inmuto ni por la sociedad, ni por sus efectivos prefirió mantenerse sometida vergonzosamente al poder político, permitiendo humillaciones y discriminaciones a todos los involucrados.

 Esto no pretende  afirmar que la orden superior de Jefatura de Policía de Córdoba , tenga una objetiva intención discriminativa, lo que si demuestra es una superflua conciencia de analizar las órdenes impartidas para los subordinados, y la falta de capacitación del análisis requerido para evitar estos aberrantes errores, la experiencia operativa es la que brinda estos dones  que evitan estos traspiés e injusticias; y quizás hasta el analizar los asesores con los que  se rodean, o aquellos que con bellas palabras ensalzan la oreja, pero en los actos clavan la daga por la espalda,   al fin y al cabo, NAPOLEON BONAPARTE  ya lo resalto en una máxima: “ jamás interrumpas a un enemigo , cuando está cometiendo un error” .

Se puede apreciar un Aval implícito por parte del Ministro de Seguridad de la Provincia, quien responsablemente debería intervenir rápidamente en enmendar estos actos administrativos , aunque quizás no sea la persona adecuada a solucionar estas cuestione como muchas actitudes y dichos públicos referidos por Mosquera  lo pueden fundamentar…pero esa , es otra historia.

Cesar Calvo (DR)