Cuando el árbol se planta torcido…

La Unidad Regional Departamental San Justo, se encuentra en la ciudad de San Francisco, capital del Departamento homónimo, es la departamental más grande, territorialmente hablando, y la tercera más importante del interior de la provincia.

El Director General de Departamentales Zona Norte, es el cuestionadísimo y nobel Comisario MARCOS ADALBERTO DERFLER, oriundo de Morteros, quien hizo su carrera en la ya mencionada Departamental, y llega a ocupar un lugar en la plana mayor con menos de 25 años de servicio y con una jerarquía muy inferior a la requerida para tamaña responsabilidad, con oficiales más antiguos y de mayor jerarquía, quienes prefirieron permanecer antes que pedir el pase a retiro, por cuestiones de dignidad profesional.

Recordemos que algo hemos expuesto de cómo llegó a ocupar este cargo el joven oficial, propietario de varias cabañas en la localidad de Miramar, que fueron ocupadas por políticos de alto rango a nivel provincial, como así también de Jefes policiales, todo sin costo, claro está.

Hoy agregamos que este oficial además de sus contactos políticos, quizás el COE, el Covid19 y todo el pan y circo que ineficazmente armó la provincia en materia sanitara, compartió trabajo con el hijo del Gobernador Juan Schiaretti y a ambos los une su pasión por los deportes extremos, siendo vistos el hijo del Gobernador y Derfler en la mar de Ansenuza, practicándolos. Ese fue el punta pie que lo catapulto a su ineficaz función actual.

Derfler es el encargado de supervisar y designar los Directores de cada Departamental a su cargo – reiteramos de mayor jerarquía y mayor cantidad de años de servicio efectivo – y  los distintos cargos dentro de la departamental, deben contar con su aval.

…el fruto saldrá envenenado.

Tras una desastrosa gestión del Comisario RANTICA, asume la Dirección de la Departamental San Justo, un Comisario Inspector más antiguo que el mismo Derfler, pero con quien tenía cierta amistad, estamos hablando de Pablo Berardo quien era Sub Director del mentado RANTICA.

Todo parecía que estaba destinado a encaminarse, la cosa resultó un poco distinta…

Una de las fuentes que esta redacción consultó, confesó que una suboficial, tuvo una relación con este jefe y que desde que se terminó la misma, y en especial desde que asumió como Director, comenzó a acosarla laboralmente, casi sin cesar. Traslados, destratos y habladurías fueron las que recibió esta mujer.

Recordemos que la Ley de Violencia Familiar (Nº10.400), está dirigida también a la violencia que realizan los superiores jerárquicos sobre sus dependientes, quienes sumidos en un estereotipo erróneo, realizar sus prácticas ilegítimas.

Si nos circunscribimos al ámbito laboral y la Oficina de Asesoramiento en Violencia Laboral del Ministerio de Producción y Trabajo de la Nación la conceptualiza como es toda acción, omisión o comportamiento, destinado a provocar directa o indirectamente daño físico, psicológico o moral a un trabajador o trabajadora, sea como amenaza o acción consumada incluyendo la violencia de género, acoso psicológico, moral o sexual en el trabajo.

Claramente todos sus pares saben de esta situación, pero ante un superior nadie se quiere meter, más cuando Berardo tiene un fluido contacto con su jefe directo: Derfler.

Lo cierto es que esta mujer, se encuentra en el famoso brete o intriga de “denunciar y sufrir las consecuencias” o esperar que todo esto pase, mientras tanto sus derechos son vulnerados, como persona y como mujer, más allá de la función que siempre es efímera y ocasional. De este modo somete a la mujer policía y la domina, es decir la vuelve una cosa.

Tal es el temor hacia Berardo, que la fuente consultada no quiso darnos el nombre y las que consultamos, dijeron que ello ocurría, pero no querían tener problemas. Clásicos policíacos.

¿Seguimos?

Bien, a Berardo, poco se lo suele ver en la jefatura, de hecho, la comanda desde su casa en la ciudad de Arroyito. Debemos destacar que hace un año falleció la mujer del mentado jefe, quedando a cargo de sus hijos. Ello generó empatía y cierto permisos que, entendemos, son incompatibles con el cargo que desempeña.

Sí se suele ver en horarios raros, donde el personal observa que cita a femeninas en horarios de la “Siesta”, que como todos sabemos, en el interior todos la duermen, a su oficina. Lo que queremos decir que no son horarios normales para dialogar con personal femenino y subalterno. Otra fuente nos corrobora de la veracidad de ello y de que se hacen presentes mujeres policías “todas producidas”, ante el despacho de Berardo.

Se ve que la jefatura le sentó mal a Berardo, quien de ser denunciado por la mujer, sellará su destino.

Más allá en el tiempo, nos comenta una expolicía que sufrió sendas persecuciones de parte de Berardo, cuando era jefe de la Comisaría de Arroyito que, si bien no fueron con tintes sexuales, ello no quita que se enmarque dentro del proceso propio de la violencia vertical en el ámbito laboral. A tal punto fue la persecución que la mujer terminó su carrera exonerada por baja, debido a situación en la cual la puso el devenido Director y enferma, como si algo le faltara.

Otros menesteres….

En las averiguaciones que fuimos haciendo, nos dimos con otra problemática que sufren los subordinados de Berardo. Es así que varias fuentes consultadas, entre ellos oficiales jefes y subalternos, nos dijeron “es imposible hablar”, “no te responde nunca los mensajes, cuando le damos las novedades”. Esto podría encuadrarse en una desidia laboral, pero también en una problemática cierta: Berardo estaría siendo medicado, afectado por el fallecimiento de su mujer. En cualquiera de los dos casos, no puede ejercer este cargo, porque deja a la Departamental en una clara anarquía interna que se refleja en el trabajo de cada uno de los subordinados al jefe policial.

Esta redacción, a través de sus profesionales, está en tratativas de averiguar quién es la mujer que sufre esta persecución y obrar en consecuencia, por el momento el miedo le gana a la verdad.

De malas…

Realmente que la Unidad Regional Departamental San Justo, anda de malas últimamente con los Directores, desde el Comisario Félix Quinteros, quien fuera trasladado por la supuesta comisión de robo de combustible y luego imputado, pero no sin antes ser ascendido a Director General; también es el caso de Ricardo Marcelino Galarza, quien no paraba de solicitar favores a sus subalternos, incluso se alojó varios días en las cabañas de Derfler; y ya más cercano en el tiempo el escandaloso comando de Mauricio Rantica y el cuestionadísimo Rubén Capporalli.

Claramente la política pudrió todo el sistema y desgana al buen funcionario, lo mismo que los tribunales cooptados por el gobierno de turno.-